Rokudo Mukuro || ID.

por **Mukuro** Mar Nov 13, 2012 2:57 pm

Rokudo Mukuro

• Kuro • 21 años • Japonés • Nivel III • Suke •

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]

Descripción Física

Frágil e imponente al mismo tiempo. Sobrepasa el metro setenta con creces pero tampoco alcanza el metro ochenta. Posee un cuerpo delgado y atlético -gracias a la vida que le ha tocado vivir-, y, aunque pueda parecer extraño, bastante estilizado. No puede decirse que sea una mása de músculos, pero sí posee un cuerpo atractivo. De piel blanca, extremadamente lechosa, quizá de moverse entre las sombras toda su vida, y con apenas impurezas. Tiene varias cicatrices escondidas en la espalda y abdomen de heridas pasadas.
Rostro ovalado inclinado hacia lo puntiagudo. Es una de las zonas en las que no se observa una sola imperfección. Lo más llamativo de Mukuro son sin duda sus dos grandes y rasgados ojos heterocromos, siendo uno de un color rojo intenso, y el otro azul cielo. Nariz fina y estilizada, proporcional a su rostro. De labios finos y rosados, su sonrisa es capaz de expresar toda la maldad que lo domina por dentro.
Su cabello es azul oscuro, totalmente natural. Lo lleva aproximadamente hasta el cuello, capeado, y por su nuca caen unos cuantos mechones lacios que se extienden hasta sobre pasar su espalda. Suele llevarlo atado en una cola baja; siempre defendió que "no permitiría que la sangre de un plebeyo manchase su cabello".

Descripción psicológica

¿Cómo puede uno describir a un asesino en serie?
Un psicópata. Sí, ese término es quizá el que mejor define a Mukuro.

Las apariencias engañan. A primera vista, Mukuro puede simular como el típico hombre que está en el lugar que está por error. Su andar relajado, tranquilo sus gestos, su sonrisa y ojos risueños no incitan a cualquiera a pensar que están delande de un psicópata con un serio trastorno de la personalidad. En términos generales... no es agresivo. Lo suyo no es correr por todos lados, gritando, pateando gente, desquitando su ira contenida con el primero al que se cruza. Él es más de analizar. Frío cuando quiere, calculador cuando lo necesita. Te mira, te sonríe, y antes de que te des cuenta está haciéndose un gazpacho con tus tripas. El factor sorpresa está siempre de su lado; quizá por eso se lo pasaba tan bien en su trabajo antes de que lo llevaran a este tugurio. Nadie esperaba nunca que pasase nada. Todos confiaban en él. Qué ingenua es la gente.

Es venenoso y viperino, como una serpiente. Vaga silencioso por donde quiere y cuando quiere, ajeno a la voluntad de los demás; tan sólo hay una cosa que realmente le importe, y eso es él mismo. Cualquiera que lo vea sonreír podría sentir esa chispa de incomodidad que te cubre cuando sientes el peligro revoloteando peligrosamente alrededor de ti. Prefiere ser más cínico que mentiroso, a pesar de ser algo que hace con suma maestría, incluso sin quererlo. Dominante del sarcasmo, no le gusta andarse con rodeos, ni perder el tiempo. No es de los que suelan bromear con las cosas, por lo que si te dice que te apartes o te matará... Hazlo. De verdad, corre por tu vida.

Solitario. ¿Para qué una mala compañía pudiendo estar solo? No es amante de la gente, en realidad, quizá por eso sueña con un mundo en que pueda matarlos a todos. Quizá es demasiado bueno, y es la sociedad quien no lo entiende. La mayoría de las veces ignorará a cualquiera que pase por su lado, e incluso está dispuesto a avisarte cuando su paciencia se agota, detalle que deberías agradecer. No suele interesarse por nadie, pero cuando lo hace, o es porque quiere convertirlo en su próxima víctima o porque sabe que puede conseguir algo positivo de tal persona. No confíes en él, nunca; es lo peor que podrías hacer, después de quedarte a solas con él en una habitación repleta de objetos punzantes.

Su forma de actuar confunde a cualquiera. Sí, está malo. Sí, probablemente está loco. ¿Pero qué clase de loco se pasa el día pintándose las uñas? ¿Peinándose? ¿Riendo por todo? Su forma de actuar puede confundir a más de uno. Todo depende de cómo se levante. Un día puede aparecer detrás de ti sin que te des cuenta, darte un abrazo y marcharse diciendo lo mucho que le gustaría matarte, y al siguiente puedes correr un peligro mortal si entras en un radio de 5km alrededor de él. Nadie puede predecir sus movimientos, adivinar en qué está pensando. Quizá ese era la única ventaja de estar loco.

Historia

El asesino heterocromo... Palabras que cualquier japonés con dos dedos de frente temería escuchar, bajo cualquier circunstancia. Mukuro nunca llegó a creer que su 'fama' pasaría fronteras, que sería reconocido como uno de los criminales más peligrosos de los últimos tiempos... Un cerebro tan maquiavélico como el suyo no se veía todos los días.
Tokyo, 13/11 9:04 AM. Cinco años antes, en ese mismo lugar, la policía acordonaba un edificio de las afueras en el que había sido asesinada una familia humilde. La visión del escenario era cruel incluso para los científicos forenses. Realmente pensaron que se trataría de un altercado doméstico... incluso el culpable de aquel estropicio lo pensó. Pero todos estuvieron seguros de que el tema se les escapaba de las manos cuando empezaron a encontrar diferentes casos de sanguinarias muertes que compartían multiples trazos entre ellas. Como si el autor de las mismas estuviese jugando al escondite con la policía, como si quisiese jugar a ver quién pilla antes a quién.
El juego se prolongó durante seis largos años, y, finalmente... el ratón fue capturado en una emboscada que no perdonaría en la vida. Ser traicionado por la única persona en la que confiaba... Mukuro no se lo esperaba. Aún así, estaba feliz. Feliz de haber sido llevado a confinamiento, de que todos hablasen de él y le tuviesen miedo. Escuchaba cómo los guardias hablaban de que estaba jodido, y eso realmente le hacía gracia. Quizá era una nueva etapa de su vida, quizá era el destino. Alguien como él, tan especial, se merecía un destino igualmente 'especial'... Y fruzó fronteras para llegar a él.
El "Undergrand Hotel" se le antojó elegante y divertido: no todos los días estás en un lugar como ese... Confinado en una de las celdas de aislamiento mejor protegidas del lugar, mantiene la absurda esperanza de poder salir algún día para vengarse de esa persona, esa que lo traicionó en su momento...
A veves aún se pregunta por qué los guardias lo llaman e interrogan, buscando explicaciones sobre sus modus-operandi, sobre si sus víctimas tenían alguna relación entre ellas, qué lo llevó a convertirse en un psicópata tan peligroso... Pero él, solo guarda silencio. La mente de Mukuro está cerrada con candado, y realmente espera no encontrarse nunca a nadie con una llave maestra.

Extras

Gustos: ¿De qué tipo? Maltratar es su hobby preferido. Le gusta la oscuridad, la soledad, la violencia. No es quisquilloso con lo que le ofrezcan, pero prefiere lo salado a lo dulce. Adora la lluvia y las tormentas, y el mal tiempo en general. Algo que mantiene en secreto es su pasión por las voces graves y masculinas. Mataría por escuchar una.

Disgustos: Las mujeres. No las quiere ver ni en pintura. No le gusta que le toquen, y mucho menos su pelo, el cual cuida con un mimo casi exagerado. Odia el sol en exceso, pues afecta a sus ojos y suele disminuir su nivel de visión. No soporta a los niños, ni a la gente cobarde. El ruido en exceso lo irrrita.

Datos extra:

Se llevó consigo un reloj de bolsillo steampunk del que no se separa.

Su extraña risa, "Kufufu~", lo acompaña a todos lados.

Es uno de los "mercaderes" más importantes del lugar. Posee los contactos suficientes como para abastecer a cualquier preso del material que se le solicite del exterior, aunque suele especializarse más bien en armas.